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B ASES TEÓRICAS

4. Las preposiciones

4.2. La semántica de las preposiciones

4.3.2. La semántica de de

Como constataba Väänänen (1956: 3), el significado etimológico de la preposición de parece ser la idea de separación y alejamiento, valor que, como es bien sabido, corresponde a la dimensión concreta del espacio. Ello implica, pues, que Väänänen se une a aquellos que defienden la postura localista de la semántica prepositiva. Por otro lado, también implica que parte de la idea de que cada elemento tiene un único significado básico, opinión que comparte con numerosos otros investigadores, como Pottier (1972: 207), Roegiest (1980: 326-327), Brea (1985: 154), Morera (1988: 43), Englebert (1992). Este acercamiento monosémico y localista es uno que puede identificarse en la mayoría de los estudios sobre de que pretenden dar cuenta de su estructura semántica (cf. las obras citadas arriba). Por ejemplo, dice Englebert (1992: 2) que ―l‘objectif de mon analyse est de chercher, sous la multiplicité de ses effets de sens, la valeur fondamentale de DE‖. Sin embargo, aunque el razonamiento que llega a postular un valor único, y espacial, como esencial de cada preposición sin lugar a dudas puede fundamentarse en hechos

lingüísticos concretos, no es este el punto de vista que hemos adoptado para nuestro análisis51.

En cambio, creemos que la semántica de de, especialmente con respecto a su papel dentro del sistema lingüístico del español, no puede reducirse a un solo significado básico. Más bien consideramos, siguiendo a Langacker y otros lingüistas cognitivos, que de, igual que las demás preposiciones, debe considerarse un elemento inherentemente polisémico, lo cual es una consecuencia natural de sus orígenes múltiples.

Para el análisis de, al menos, un aspecto de la preposición de, la descripción que hace Langacker (1999: 76-77) de la preposición of del inglés es un buen punto de partida:

Like most other expressions, of must therefore be regarded as polysemous. The value described previously, wherein of profiles an inherent-and-restricted-subpart relationship between its trajector and landmark, holds for only some of its uses, though it is reasonably considered prototypical. [Figura 8(a)] A variety of other senses can be posited to accommodate the kinds of uses… Is there some schematic value that all these more specific senses can plausibly be said to share? I believe so. It seems quite accurate to describe them all as

designating an intrinsic relationship of some kind between the two participants. [Figura 8(b)] A part/whole relation is just one type of intrinsic relationship, albeit one with special cognitive salience [La negrita es nuestra].

tr

lo

(a)

tr lo

(b)

Figura 8. Representación del valor prototípico (a) y esquemático (b) de la preposición of del inglés (Langacker 1999: 77).

Ahora bien, como puede notarse, la cita de Langacker esconde una parcial contradicción, en el sentido de que, por un lado, considera que of es una preposición polisémica, mientras que, por otro, postula el valor esquemático que llama relación intrínseca como subyacente en todos los valores

51 Peuser (1965: ii) adopta una posición en cierto sentido contraria a la de los estudios que acabamos de citar, cuando constata que ―sind wir der Ansicht, dass es –zumindenst für die sogenannten ―abstrakten‖ Präp. –unmöglich ist, eine alle Variante umfassende Grund- oder Hauptbedeutung zu finden.

más específicos. Sin embargo, decimos contradicción parcial, ya que no está claro que Langacker realmente pretenda que la relación intrínseca subyazca todos los usos de of o solo aquellos que él está considerando. Por otro lado, también es, en cierto modo, una cuestión de terminología y/o gusto si se considera que un elemento que tiene un valor esquemático subyacente aun así puede considerarse polisémico debido a las varias manifestaciones y/o extensiones de significado que revela el uso de dicho elemento (Cf. la discusión del apartado 4.2.2 arriba). En última instancia, la cuestión se reduce a la empiria, es decir, a descifrar si los hablantes de una lengua distinguen significados en un nivel superior al de la abstracción lingüística que hace Langacker. En nuestra opinión, resulta poco probable que la relación intrínseca sea un valor semántico de of del que son conscientes los hablantes;

es decir, en este caso se trata de un instrumento de análisis al que se llega por vía teórica, pero que difícilmente tiene existencia en la mente de los hablantes.

En la parte III del estudio tendremos ocasión de profundizar en esta cuestión.

De momento, baste con constatar que consideramos que de tiene varios significados y no uno solo, con lo cual no nos adscribimos al acercamiento monosémico, ni tampoco a la abstracción extrema que ejemplifica el análisis de Langacker (1999). Tampoco creemos pertinente postular que todos los valores de de puedan reducirse a un valor espacial original. Desde una perspectiva diacrónica, tal reconstrucción etimológica probablemente es posible hacer con un cierto grado de fidelidad científica. Sin embargo, teniendo en cuenta que nuestro objeto de estudio es la preposición de, y que ella presenta una variedad de significados contextuales diferentes, no resulta psicológicamente —y, por tanto, empíricamente, siguiendo los principios de la Lingüística Cognitiva— sostenible presentar una abstracción teórica como base de la descripción. Por este mismo motivo no aceptamos como tal el análisis de Langacker (1999), si bien teóricamente nos parece el más convincente de los que hayamos tenido ocasión de conocer.

En este punto, además, hay que recordar que hay una considerable diferencia entre la of inglesa y la de española, la cual reside en el hecho de que de conserva muchos más usos espaciales concretos que of. Es decir, cuando de en español se usa junto con verbos de movimiento como salir o venir con referencia concreta al espacio, el inglés recurre a la preposición from, siendo of casi impensable en este tipo de construcciones, al menos en la lengua actual.

De esto modo, el parentesco semántico existente entre of y de hay que buscarlo, pues, principalmente en los usos posesivos (adnominales), donde of compite con el caso genitivo ‗s mientras que como elemento posesivo de no tiene un competidor equivalente a la terminación ‗s del inglés. En este sentido, pues, hay motivo para considerar que de presenta una polisemia considerablemente mayor que of. Así, si bien un aspecto de la semántica de de es claramente comparable a la relación intrínseca que Langacker postula como

valor subyacente de of, el aspecto separativo de de tiene que caracterizarse siguiendo a una representación más básica, como, por ejemplo, las esquematizaciones de Pottier (1962).

Para terminar, quizás sea de interés destacar la gran variabilidad semántica que caracteriza de. Como es bien sabido, uno de los problemas que siempre vuelven a la hora de intentar un análisis de de es su multiplicidad de usos, algunos de los cuales revelan un valor semántico relativamente evidente, mientras que en muchos otros casos su aparición parece estar completamente fijada por motivos estructurales. En estos casos su aportación semántica es, por motivos de fijación histórica, relativamente reducida —y rastreable tan solo mediante un detallado análisis histórico—, motivo por el cual de muchas veces ha sido tildada de elemento vacío de significado. En nuestra opinión, siempre que se tiene en cuenta esta característica de los usos fijados de de, como por ejemplo su uso ―casi obligatorio‖ en la introducción de complementos nominales (cf. RAE 2009: §29.1l), no hay contradicción en suponer que su uso está semánticamente motivado, es decir, que de aporta contenido semántico a las estructuras donde aparece. Así pues, aunque es evidente que de, en algunos aspectos, constituye una preposición que debe caracterizarse como casual, o, más bien gramatical que léxica, especialmente en los contextos donde su uso se ha gramaticalizado, no consideramos adecuado considerar que no tenga significado ni afirmar que no deba considerarse una preposición, tal y como preconiza Sinclair (2004: 18) con respect a la of inglesa diciendo que ―it is misleading to consider it as a preposition‖. Como iremos viendo a lo largo del análisis que sigue, de es una preposición a todo derecho, que presenta un número imporesionante de usos, valores y matices semánticos diferentes, todos los cuales le son propios y completamente acordes con su papel de preposición fundamental dentro del sistema prepositivo español (cf. Roegiest 1980: 7).

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PARTE II

A

NÁLISIS DEL CORPUS

:

PANORAMA HISTÓRICO DEL